Cuando los padres de Alejandrina González le compraron su primera computadora a los 16 años, la adolescente buscó inmediatamente información sobre cómo programar.
Rebecca Portnoff tiene dos grandes pasiones: el jazz y la informática. La primera es tan sólo una afición a la que, cuando puede, dedica algo de tiempo. La segunda, su especialización y la herramienta con la que espera conseguir su gran propósito profesional: acabar con el tráfico humano y el abuso sexual en internet.